jueves, 28 de noviembre de 2013

VIAJEROS - Gustavo Giovagnoli



                                                                   Sudamericana
                                                                  2008 - 207 pág

Solapa:Gustavo Giovagnoli nació en Buenos Aires en 1959. Es licenciado en Letras, egresado de la UBA. Navegó durante más de diez años en buques de la marina mercante. Ha recibido varias distinciones por su trabajo literario; entre ellas del Fondo Nacional de las Artes y de la Secretaría de Cultura de la Ciudad. Actualmente se dedica a la investigación y a la docencia. viajeros.sud@gmail.comContratapa:Giovanoli da muestras de ser un excelente narrador y un excelente cronista en esta revisión de viajes y viajeros que vinieron a la Argentina para contarla. Con una sobriedad y una economía de medios admirables, nos hace saber cómo se construyó esa patria extraordinaria y paralela, medida por el recuento y el asombro. Los temperamentos y los itinerarios reflejan la aventura que deparaba este sur inexorable a miradas muy distintas. Los primeros viajeros no parecen aventajar a los últimos en coraje y peripecia; y los últimos solicitan una atención corregida por la experiencia reciente para que nosotros, lectores, tengamos una perspectiva cabal de esa semblanza. Un paseo imprescindible por una geografía compuesta ya de aciertos, errores, conquistas, fruiciones y perplejidades que nadie debe dejar de leer.

Hay un libro reciente, escrito por Gustavo Giovagnoli, quien, además de ser licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires, realizó numerosos viajes durante una década en buques de la marina mercante. El texto que ha visto la luz se llama “Viajeros”, y bien resume lo que trata la frase que sigue al título: “Testimonios de extranjeros que visitaron la Argentina desde 1520 hasta hoy”.
Antes de avanzar en algunos puntos sobresalientes de la publicación conviene decir que su autor ha logrado articular un relato de la mirada extranjera sobre nuestro país, lo que requiere, para el lector, librarse de prejuicios, y adentrarse en estas historias, reales y documentadas, con un espíritu de amplia autocrítica. Acostumbrados a creer que nosotros mismos podemos dilucidar el gran misterio llamado Argentina, este aporte trae, sin embargo, testimonios, sensaciones y hasta preguntas, que aportan renovadas visiones de nuestra historia. La invitación para compartir el texto es, quizá, apropiada para intentar un debate más serio y profundo frente al Bicentenario. Increíblemente, uno de los escenarios del libro se sitúa en el primer Centenario del país, y, vaya paradojas, el país parece calcado de algunas discusiones y realidades que dominan los días un siglo después.
Para intentar un resumen hay que decir que el primer extranjero en registrar su paso por el país fue el italiano Antonio Pigafetta, venido en la expedición al mando de Hernando de Magallanes, en 1519, tripulación que sólo estaba integrada por hombres. Gracias a sus invenciones se extendería por algunos siglos el mito de los gigantes de la Patagonia, aquellos hombres que más bien fueron producto del fervor literario y el elemento exótico de este confín del mundo que comenzaba a ser explorado: “Durante dos meses no vimos alma viviente por aquella tierra; un día apareció de improviso en la playa un hombre de estatura gigantesca, casi desnudo, que, bailando y cantando, se echaba arena en la cabeza”.
El relato del libro, como se ha dicho, se articula con los documentos y libros de varios viajeros, categoría que el mundo parece haber perdido en los vaivenes del turismo, las experiencias masticadas y la escasa voluntad que suele verse en aquellos que viajan por entender y comprender, y, más aún, vivir, el lugar que se visita. El alemán Ulrico Schmidel deja testimonio en su célebre y costosísimo libro “Viaje al Río de la Plata”, un cuarto de siglo más tarde, del primer intento de asentamiento en la actual Buenos Aires. Schmidel era uno de los que integraban la tripulación a cargo de Pedro de Mendoza. Aquella fundación sucedió en el actual Parque Lezama, la divisoria entre los barrios de San Telmo, la Boca y Barracas.
El hambre de aquellos expedicionarios fue atroz. Basta repasar uno de los párrafos más visitados de Schmidel para entender lo que significaba vivir aquí hace 500 años: “Sucedió que tres españoles robaron un caballo y se lo comieron a escondidas. Y así esto se supo se los prendió y se les dio tormento para que confesaran. Entonces se pronunció la sentencia de que se ajusticiara a los tres españoles y se los colgara en una horca”. Pero la historia no termina aquí. “Ni bien se los había ajusticiado y se hizo de noche, y cada uno se fue a su casa, algunos españoles cortaron los muslos y otros pedazos del cuerpo de los ahorcados, se los llevaron a sus casas y allí se lo comieron. También ocurrió entonces que un español se comió a su propio hermano que había muerto. Esto ha sucedido en el año 1535, en el día de Corpus Christi, en la referida ciudad de Buenos Aires”, registra Schmidel.
Una de las cuatro citas que comienzan el texto, una verdadera melange que oscila entre Ruy Díaz de Guzmán, el escritor Gram. Greene, el estoico Plinio y la condesa Eugenia de Chikoff, es un buen cierre para terminar esta primera nota sobre algunos de los viajeros que han pasado y que Gustavo Giovagnoli ha condensado en forma didáctica y muy amena. Y es la cita de Plinio un buen final. Observa el autor de Historia Naturalis:“Emprendemos largos viajes y surcamos vastos mares para ver cosas que, cuando las tenemos ante nuestros ojos, nos pasan inadvertidas”.


VEINTE AÑOS EN BUENOS AIRES 1745 - 1765 - Rodolfo G. de Nevares


                         Editorial Dunken
                          2010 - 173 pág  




El libro que tiene en sus manos, estimado lector, es un relato sobre los años que Pedro de Nevares Trespalacios, oriundo de Asturias, vivió en Buenos Aires, entre 1745 y 1765. Para darle un marco a este período de su vida, nos extendemos sobre su regreso a España, su casamiento en Sanlúcar de Barrameda, y sus viajes posteriores también a Buenos Aires, en 1784 y 1788.Pienso que el relato será de interés para aquellos lectores cuyos ascendientes emigraron de España a Buenos Aires, como tantos otros, en busca de nuevos horizontes. También, a propósito del bicentenario de la República, es una manera de refrescar cómo era la vida en Buenos Aires en aquellos tiempos en que ésta era una colonia del reino de España. 

VIAJE A LA ARGENTINA, URUGUAY Y BRASIL 1830 - 1834 - Arséne Isabelle


                                                                   Emecé
                         2001 - 315 pág





Arsène Isabelle o Arsenio Isabelle ( Le Havre, Francia, 1795 – 13 de enero de 1879) fue un viajero explorador, naturalista, diplomático, comerciante y periodista francés, llegó al Uruguay en 1830 y casi de inmediato inició un viaje por Argentina, Brasil y Uruguay, que culminó con su conocido libro Voyage à Buénos Ayres et à Porto Alegre, par la Banda Oriental, de 1835.
En Uruguay se vinculó rápidamente al medio científico, participando en la primera excursión científica del Museo Nacional de Historia Natural de Uruguay, en 1837, junto con Bernardo Prudencio Berro Larrañaga y Teodoro Miguel Vilardebó. En el Herbario del Museo se conservan plantas colectadas por él entre 1838 y 1839.
  • Cuántos hombres de todo el mundo se han dejado engañar por el pomposo nombre de Río de la Plata!! El nombre engañador del Plata le fue dado, seguramente, por desprecio, porque no se ha encontrado jamás una partícula de oro o plata en este río o sus afluentes. Se diría que los primeros conquistadores, para consolarse de aquel chasco han querido, a su vez, engañar a los aventureros que siguieran sus huellas...
Traducción de Pablo Palant. Título original: Voyage à Buenos Ayres et à Porto Alegre, par la Banda Oriental, les missions d'Uruguay et la province de Rio Grande Do Sul

domingo, 10 de noviembre de 2013

VIAJE A AMERICA DEL SUR - H. M. Brackenridge


      Hyspamérica
      2 tomos
                      1988 - 511 pág             

Henry M. Brackenridge nació en Pittsburgh, Pennsylvania en 1786. Perteneciente a una familia de juristas, ingresó al foro a la edad de veinte años.
En 1817 - 1818 integró en calidad de secretario la misión que el presidente Monroe envió al sur del continente, encabezada por C.A.Rodney, con el cometido principal de recabar informes acerca de la situación reinante en los países recientemente emancipados del dominio español con vistas a un eventual
reconocimiento de la independencia por parte del gobierno norteamericano. Brackenridge recogió las notas tomadas durante su viaje en la obra titulada Voyage to South America, que apareció en dos volúmenes en Baltimore en 1819, y fue reeditada en Londres un año más tarde. La primera versión castellana, que data de 1927, llevó el título de La independencia argentina.

TITULO ORIGINAL  
                                     Voyage to South America.
                                     Performer by Order of the American Government, in the years                                       1817 and  1818, in the Frigate Congress.

TRADUCTOR    
                                     Carlos A. Aldao