viernes, 18 de octubre de 2013

BUENOS AIRES Y MONTEVIDEO - Emeric Essex Vidal


                                                                     Emecé 
                          1999 - 171 pág


Emeric Essex Vidal (BrentfordInglaterra29 de mayo de 1791-BrightonInglaterra7 de mayo de 1861) fue un marino inglés y pintor aficionado, autor de las primeras pinturas realizadas sobre la vida pública en Buenos Aires y Montevideo.
Vidal nació en Inglaterra e ingresó de niño a la marina británica, en la que se desempeñó como oficial y escribiente, hasta 1853. En el curso de sus viajes, Vidal realizaba acuarelas con el fin de representar con el mayor realismo posible lo que veía, especialmente los paisajes, tipos humanos, vestimenta y actividades características de los lugares y pueblos que visitaba.
Vidal estuvo en Buenos Aires y Montevideo dos veces: en los últimos meses de 1816 y en 1828-1829.
Su primera visita de 1816, se realizó dentro de un período de dos años (del 7 de mayo de 1816 al 28 de septiembre de 1818) en los que fue destinado a la flota inglesa en el Atlántico Sur, desempeñándose como contador del buque de S.M.B. “Hyacinth”, fondeado en Brasil, y secretario del almirante de la escuadra. Es en este período en el que realiza la mayor parte de las acuarelas por las que fue reconocido.
Las acuarelas realizadas por Vidal en su primer viaje, despertaron en ese entonces interés en Gran Bretaña, donde se publicó en 1820, una libro titulado Picturesque Illustrations of Buenos Ayres and Montevideo (Ilustraciones pintorescas de Buenos Aires y Montevideo), editado por R. Ackermann, que incluye una serie de 22 acuarelas realizadas en Inglaterra a su vuelta, sobre la base de las realizadas en su viaje.
En ese libro, el editor escribió en la presentación:
...el autor de este trabajo se contentó con bosquejos, originalmente sin vistas a publicarlos, algunos rasgos característicos que presentaban las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, y aquellas singularidades en las costumbres, maneras e indumentarias de las gentes en la forma más sorprendente que se les presentaran durante una residencia de tres años en el país. Estos diseños, cree él, resultarán tanto más aceptables a los interesados, cuanto que, a su conocimiento, ninguna ilustración gráfico de esos lugares había sido, hasta ahora, presentada al público.
Esas láminas publicadas en 1820, fueron utilizadas varias veces en las décadas siguientes para ilustrar publicaciones relacionadas con el Río de la Plata, pero recién en 1946 Vidal fue considerado como precursor de la pintura argentina.

                             
El Fuerte y la playa baja, su primera acuarela (1816).












 "Matadero sur".

sábado, 12 de octubre de 2013

LAS PROVINCIAS DEL RIO DE LA PLATA EN 1816 - Jean Adam Graaner


                                                            Librería y Editorial El Ateneo
                                                                                1949  -  134 pág



Para quien pasa un par de días en Buenos Aires es imposible dejar de notar que el 9 de Julio es una fecha especial de la historia argentina: la principal y más ancha avenida de la ciudad (140 metros) lleva esa fecha, 9 de Julio, como nombre. Fue el 9 de Julio de 1816 que la Argentina declaró su independencia de la monarquía española. Como la historia fue escrita después, parece que la república era la elección lógica como la forma de gobierno de la nueva nación independiente. Otras fuentes, sin embargo, han señalado que el consenso fue una construcción posterior y que en realidad tuvieron lugar arduas discusiones sobre la forma de gobierno a implementar.Un detalle de aquel histórico día en el Congreso de Tucumán puede confirmar que en verdad habían intenciones de continuar con la vía monárquica. En el momento de la declaración formal de la independencia había un solo extranjero en el lugar, un oficial sueco de nombre Johan Adam Graaner.

Nadie puede decir con seguridad cómo llegó Graaner a tomar parte del Congreso en Tucumán y las teorías que se han dado como explicación son muchas. Una de las más controversiales es que estaba allí ese día para sondear la posibilidad de que el rey sueco Karl XIV Johan fuese rey de la Argentina. Entre las notas que Graaner escribió sobre sus impresiones del Congreso aparece que hubo una propuesta de establecer una monarquía constitucional con algún príncipe europeo. Otros, incluyendo al propio general Manuel Belgrano, habrían argumentado a favor de una resurrección del viejo Imperio Inca instalando a un descendiente del último emperador en el trono argentino, lo cual a su vez iba a estimular a los peruanos a levantarse en revuelta contra los españoles. Esos planes fueron tratados en gran secreto lo cual contribuyó a que quienes escribieron la historia dijeron que había consenso sobre la forma de gobierno a implementar. A su regreso a Suecia Graaner entregó una carta del Director General Pueyrredón así como una memoria detallada de su viaje a la Argentina al príncipe sueco. Se especula en cómo Graaner pudo haber financiado un viaje tan caro y cómo había tenido acceso a los círculos de poder más elevados de la Argentina de entonces y participar incluso del Congreso de Tucumán si no fuese mediante un encargo directo de la cabeza de estado sueco. En ese tiempo apenas un puñado de suecos habían puesto sus pies en Argentina y pasaría tiempo antes que otros comenzaran a llegar allí.

Otra posible explicación de la presencia del sueco es que era en realidad un enviado del príncipe de la corona sueca, pero no para investigar la posibilidad de su acceso al trono sino para investigar las posibilidades de intercambio comercial. Muy poco después sería enviado a la región con esa misión justamente. Tres meses después de su segundo viaje apareció un agente secreto francés en Buenos Aires e informó que habían rumores de que el príncipe de la corona sueca estaba a la caza de un nuevo trono en Sudamérica.

Por qué un hombre que pasó de mariscal de Napoleón a rey de Noruega y Suecia estaría buscando un nuevo trono? A comienzos de 1816 Bernadotte tenía todos los motivos para no sentirse seguro de su trono en Suecia, Gustaf III había sido asesinado en 1792; su sucesor al trono Gustaf IV Adolf había sido depuesto por un golpe militar en 1809; el príncipe heredero había fallecido en circunstancias extrañas; había un posible pretendiente al trono sueco que consistía en una familia real en el exilio y no era muy popular entre todos los suecos que un francés, que además era un hombre de Napoleón, fuese “importado” para ser el regente. La suma de todo es que Karl Johan tenía motivos ciertos para sentir cierta inseguridad en torno a su posición como monarca. Entre las cartas que Graaner envió a Suecia durante sus viajes se habla de las especulaciones en torno al trono argentino y partes de las cartas han sido arrancadas.

Cuál era la finalidad de los viajes de Graaner probablemente no lo sepamos nunca con seguridad. pero lo que sí sabemos es que sus cartas y sus notas sobre el Congreso de Tucumán son de gran importancia desde que Graaner como único extranjero ha dejado de esta forma una imagen más matizada de lo que realmente ocurrió en aquella histórica reunión del 9 de Julio de 1816. 


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